Según datos de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires 2022/23 este año se espera solo el 5,8 por ciento del área plantada, en comparación con más del 16 por ciento el año pasado.
La escasez de agua afecta decisiones de siembra de maíz en 2022/2023. Según el último estudio de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), el avance de la siembra de granos cubre el 5,8% de las 7,5 millones de hectáreas que se prevé sembrar.
“La demora interanual en las incorporaciones continúa incrementándose, llegando a 11 puntos porcentuales”, calculan desde la entidad.
Eso significa que los productores han eliminado alrededor de 45,000 hectáreas más de maíz hasta ahora en comparación con el mismo período del año pasado.
En el centro de Argentina, los cultivos tienen una ventana de siembra temprana promedio y el denominador común es la insuficiencia de lluvias. “Dado que el período óptimo de siembra finaliza a fines de octubre, se necesitan lluvias en las próximas semanas para asegurar que se cumpla el cronograma de siembra”, advierten.
Cultivo
Para los lotes más avanzados, los técnicos de la Bolsa de Buenos Aires comprobaron que habían expandido hojas en buenas condiciones sanitarias.
En la zona núcleo, la siembra se realiza donde todavía hay algo de humedad superficial, esperando que la lluvia acelere las cosas.
En Córdoba se retrasa el avance, en el centro y norte de Santa Fe se encuentra sembrado aproximadamente el 30% del área planificada, y en el centro y este de Entre Ríos los rodales más desarrollados están en V2 y V4.
Zona Núcleo
Un panorama similar presentó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en su informe semanal sobre la zona núcleo, advirtiendo que la siembra de maíz aún no muestra avances y es “la peor de los últimos 10 años, sólo el 5% de ellos”.
“Hace un año, estaba sembrado el 75% del maíz temprano y el titular era: A la espera de lluvias para culminar la siembra. Hoy sucede lo contrario: la falta de agua mantiene frenada la siembra y el avance regional es apenas un 5%, menos de 100.000 hectáreas”, según el reporte de la Guía Estratégica para el Agro (GEA).
Y un dato importante a tener en cuenta: se ha avanzado menos en la siembra, con una reducción estimada del 22% en el área. En este caso, se pueden sembrar más hectáreas más tarde, y muchas también pueden cambiar a soja.
