Hay varios factores que complican la gestión de la producción, dijo Caprolecoba. El último trimestre del año será el segundo trimestre consecutivo con descensos en el ordeño.
La Cámara de Productores Lecheros de la Cuenca Oeste de Buenos Aires (Caprolecoba), difundió su “Panorama Lechero” de septiembre, en el que advierte porque “muchos factores juegan y complican la gestión productiva” en los tambos argentinos.
De estos vientos en contra, Caprolecoba sugirió: “No podemos crecer este año”.
La unidad enumeró cuáles eran las barreras para la acción, que algunos consideraban evitables y otros no.
Por ejemplo, la sequía, que es algo inevitable, da como resultado una base de alimentación reducida, lo que también significa que se produce menos ensilaje, que debe usarse más rápidamente.
Si bien se podrían haber evitado las medidas o una macroeconomía más estable, la relación de precios entre el maíz y la soja ha empeorado. “El ‘dólar soja’ encarece los concentrados y empeora todo”, dijo Caprolecoba.
También argumentó que los controles de precios arbitrarios y las retenciones del gobierno “interrumpieron el flujo de precios al productor”.
Precios y Dólar Soja
La Cámara de Lácteos de Buenos Aires también indicó que 2023 repite el patrón de los últimos años: en el primer semestre, los precios de la leche lograron mantener el ritmo de la inflación y se relegó en un dólar atrasado. La complejidad del campo depende de la disponibilidad de pasto y sus reservas.
Aquí está el problema: “Este año hemos tenido sequía, una base de alimentación reducida, reservas agotadas, maíz sin sembrar, un pronóstico de ‘Niña hasta fin de año’ y ‘ dólar soja’, concluyó Caprolecoba.
Específicamente, las ventas de soja de $200 que prevalecieron en septiembre fueron criticadas por la compañía por “exacerbar la crisis de costos que ha golpeado a las granjas lecheras y encarecer los concentrados (que contienen derivados de soja) para alimentar a las vacas”. Las negociaciones sobre el arrendamiento de tierras en quintales de soja/ha son complicadas”.
Esto último no es poca cosa, ya que la mitad del ordeño en Argentina se realiza en terrenos arrendados.
Fase de recesión
Con esto en mente, el Observatorio de la Cadena Láctea de Argentina (OCLA) ha publicado la última información sobre la producción lechera esperada en Argentina para los últimos cuatro meses del año.
Eso es según una encuesta a las 20 industrias lácteas más grandes del país, que reciben y procesan alrededor del 60 por ciento de la leche de Argentina.
Según este estudio, la disminución de la leche en el último semestre se acumula 0.2 %y continuará utilizando la tendencia negativa en los otros cuatro meses. Sin embargo, a medida que aumenta el primer 1.7 %, este año aumentará a 0.36 % en un pequeño año, con un total de 11 595 mil millones de litros.
Este aumento casi insignificante moderará el fuerte crecimiento de los años anteriores: 7,5% en 2020 y 4% en 2021.