En una de las conferencias impartidas en el Congreso Maizar, economistas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y de la Bolsa de Comercio de Rosario analizaron la expansión del grano desde 2016.
Luego de una ausencia de tres años, la XVI Asamblea General Anual de la Asociación Argentina de Maíz y Sorgo es una excelente oportunidad para describir las ampliadas expectativas que ha mantenido el maíz en los últimos años.
“¿Qué está en juego? El aporte del maíz y los desafíos del nuevo ciclo productivo”, fue el título de una de las conferencias realizadas durante la jornada Maizar, en la que participó el economista Agustín Tejeda.
Terré, de la Bolsa de Comercio de Rosario, ha desglosado algunos de los números detrás del auge del maíz.
Primero, Terré muestra, por ejemplo, que durante el período de cinco años 2017/21, la producción de granos aumentó un 120 %, respaldada por un crecimiento del 73 % en la superficie cultivada y una mejora del 14 % en el rendimiento.
Dado que la mayor parte de este aumento de la producción se ha desviado a la exportación de cereales, el maíz ha aumentado su participación en el comercio agroindustrial en un promedio del 21 % en los últimos años.
En otras palabras: 1 de cada cinco dólares se destina al comercio de productos agrícolas procesados que provienen del maíz.
Como resultado, el complejo maicero se ha convertido en el segundo complejo más importante, después de la soja: en 2021, el país ingresó U$S 9.295 millones, o el 12% de las exportaciones totales de Argentina.
APORTE ECONOMICO
Por su parte, Tejeda destaca que el maíz ha incrementado su producción total en un 145% en los últimos años, alcanzando una cosecha récord esperada de fin de temporada de U$S 20.397 millones, o U$S 2.500 millones más que el récord proyectado. Con el ciclo 2020/21 ya es el mejor de la historia en cuanto a creación de valor.
Según Tejeda, el maíz representará el 3,6% del PBI argentino. Sin embargo, explica el economista, esto se debe principalmente a que los precios del maíz están subiendo a “máximos históricos”, mientras que hay señales de alerta: “un estancamiento cuantitativo y muchas incertidumbres”. Por el nuevo ciclo de precios, insumos, clima, política interna y economía global”.
