Las intenciones de los productores de trigo de Córdoba se redujeron más de lo previsto durante esta campaña 22/23 y serían las más bajas en 7 años.
De esta forma, con un aumento del 94%, la superficie cultivada descenderá a cerca de 890.000 hectáreas, un 28% menos que el ciclo anterior y un 16% por debajo de la media histórica, según estimaciones actualizadas publicadas por la Bolsa de Cereales de Córdoba. Los datos están en línea con las estimaciones publicadas recientemente por los técnicos de la unidad durante una conferencia de prensa en la que pronosticaron estos descensos.
En ese sentido, “en la última estimación de siembra de trigo, el resultado fue una reducción del área sembrada más pronunciada que la esperada hace un mes”, señalaron los técnicos de gestión de la información.
En cuanto al clima, el principal motivo de este otoño fue la falta de lluvias, ya que en junio casi no llovió en el territorio cordobés. Señalaron que esta situación, junto con la inestabilidad política y los altos costos de los insumos, “condujo a una combinación que llevó a muchos productores a decidir no sembrar trigo en invierno”.
Según datos de la Bolsa de Cereales de Córdoba, el 10% de aproximadamente 900.000 hectáreas se siembran como cobertura, para evitar el crecimiento de malezas y para evitar la pérdida de agua evaporativa. Otros cereales como el centeno y la avena se cultivan con el mismo fin.